El coeficiente de Gini es una medida, ideada por el italiano Corrado Gini, para calcular la desigualdad en los ingresos dentro de un país o región. Puede utilizarse también para establecer cualquier forma de distribución desigual.
Se calcula entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la igualdad (en donde se perciben los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la máxima desigualdad (un sector se queda con los ingresos y los demás con nada).
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), en el segundo trimestre del año, el 10% de las familias más adineradas de la Argentina se quedaron con el 31,9% de la riqueza total del país. En el otro extremo, el 10% más pobre apenas pudo llegar al 1,6% de la riqueza.
De esto modo, el coeficiente se elevó del 0,440 del primer trimestre del año anterior a 0,434 en el último trimestre del año pasado y a 0,447 en los primeros tres meses de este año.
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Distribución del ingreso: el coeficiente de Gini se amplió de 0,440 a 0,447 entre los 1° trimestres de 2018 y 2019 https://t.co/cskwNBNRWC pic.twitter.com/1LaMb9USMw— INDEC Argentina (@INDECArgentina) June 26, 2019
Si tomamos los ingresos promedio per cápita, alcanzaron los 13.447 pesos mensuales. El diez por ciento más rico de la población obtuvo ingresos 30 veces superiores a los de los sectores más desposeídos. También se acentuó la brecha salarial entre hombres y mujeres. El ingreso medio de los hombres fue de 25.088 pesos frente a 18.257 pesos de las mujeres. En promedio las mujeres percibieron un 28% menos, cuando un año atrás la diferencia era menor, del 26,2%.
Con las devaluaciones del último trimestre del año; los aumentos generalizados de precios; la inflación llegando casi al 60 % interanual; el aumento del desempleo, aún no se tienen las nuevas cifras de desigualdad.