Superclásico

Boca y River  se vienen enfrentando desde hace más de un siglo en partidos amistosos, oficiales, en copas nacionales e internacionales. Ahora se encontrarán en el Superclásico más importante de la historia: la final de la Copa Libertadores de América. No será un partido más, claro está. Y eso los saben los hinchas de un lado y del otro.

Jugaron 376 veces en total. El Xeneize tiene la ventaja de 137 triunfos contra 127 de los Millonarios, además de empatar los 113 restantes. El equipo azul y oro anotó 492 goles, 46 más que su máximo rival. La primera vez que se vieron las caras fue el 24 de agosto de 1913, con triunfo boquense por 2-1 en el estadio de Racing.

Si bien todos los clásicos son especiales, este tiene un condimento extra imposible de igualar. Será la primera vez que los rivales eternos se vean en la final del máximo trofeo del fútbol continental. También terminarán, con un digno final, los partidos de ida y vuelta dentro del campeonato.

El técnico de Boca, Guillermo Barros Schelotto declaró que “es un mérito tanto de Boca como de River haber alcanzado esta final. No será sencillo afrontarla para ninguno de los dos. Va a ser muy peleado. No sé si será igual a lo que pasó con el Real Madrid y el Atlético de Madrid en la Champions, pero será algo muy parecido”. Después, en otra conferencia de prensa, señaló: “Creo que las series con Cruzeiro y Palmeiras dieron seguridad a la gente. Yo, como entrenador, estaba seguro y tenía la tranquilidad de que el equipo iba a aparecer en los momentos más duros de la Copa. Siempre lo vi muy bien y fuerte a Boca”.

Boca hizo un buen planteo táctico contra Palmeiras. No renunció al ataque y aprovechó la necesidad del equipo brasilero de buscar goles para intentar alcanzar la final. Rossi, Izquierdoz y sobre todo Benedetto, se lucieron. Supo sacar provecho del espacio que obligadamente le cedió el rival. River, en cambio, viene de lograr una verdadera hazaña en Porto Alegre. Consiguió un triunfo muy complicado ante Gremio, en Brasil, después de revertir un resultado que, a priori, lo dejaba casi sin chances antes de subirse al avión para ejercer de visitante.

El equipo que dirige técnicamente Marcelo “Muñeco” Gallardo, que no podrá estar presente luego de la sanción que recibió por parte de la Conmebol, parecería llegar mejor posicionado. Terminó con más puntos en la fase de grupos, 12 contra los 9 de Boca. También le ganó los últimos dos partidos que jugaron en el año, en la Superliga y en la Supercopa.

“Nosotros tenemos que estar enfocados en lo nuestro, en el trabajo diario, grupal, individual. No salirnos de lo nuestro, que es lo único que nos ha mantenido fuerte. No tenemos por qué cambiar nuestras formas. Lo que se ha hecho hasta acá, nadie lo va a borrar ni te lo va a quitar. Es una historia nueva, otra página más del libro. Estará en nosotros poder seguir siendo parte de la historia. Es único, el desafío más grande de todos”, relató el DT de la blanca y roja en una conferencia de prensa.

“Lo que quiero es transmitir, además, un mensaje de paz más allá del hecho histórico de enfrentarnos con el rival de toda la vida en un acontecimiento único. Es un espectáculo deportivo y tenemos que vivirlo así. ¿Por qué tener que hablar de si estamos preparados o no como sociedad? Debería ser normal. Si no lo es, transmitamos el mensaje de que es un partido de fútbol con matices y condimentos, con situaciones que van a transmitirse en todos estos días. Pero no tiene que ir más allá de eso”, dijo el ‘Muñeco’ al referirse al contexto que rodea este particular evento deportivo.

Las estadísticas son un marco de referencia. Ayudan a entender algunos contextos. Y también tienen su importancia, aunque no definen nada. Dos finales, con un peso histórico indudable, están a punto de comenzar a escribirse en el fútbol argentino. Ciento ochenta minutos quedan de esta apasionante historia con final abierto. Faltan horas para que la pelota empiece a rodar.